La fisioterapia, también conocida como terapia física, es una disciplina de la ciencia de la salud que ofrece un tratamiento terapéutico y de rehabilitación no farmacológica para diagnosticar, prevenir y tratar síntomas de múltiples dolencias, tanto agudas como crónicas, por medio de ejercicios terapéuticos y agentes físicos.
Según la Confederación Mundial para la Fisioterapia, tiene como objetivo facilitar el desarrollo, mantenimiento y recuperación de la máxima funcionalidad y movilidad del individuo o grupo de personas a través de su vida.
Los orígenes de la fisioterapia constan en que en la antigua Mesopotamia, en Egipto y en la arcaica China se hacía uso de agentes físicos como agentes terapéuticos.
Además de ello, los mayas y los aztecas utilizaron métodos terapéuticos enfocados en el agua, como los baños de vapor.
Como antecedente más directos, la figura de Hipócrates. Durante los siglos V y IV a.C., realizó las primeras aproximaciones técnicas de movimientos corporales y masajes que, basándose en la propia naturaleza del cuerpo, ayudaban a la curación.
Sin embargo, otra figura, Asclepiades, es considerado el «padre de la fisioterapia». Sus prácticas se orientaron al tratamiento con agentes físicos (como los masajes y la hidroterapia, entre otros).
Más tarde, otros médicos, Galeano y Celio Aureano, desarrollaron técnicas
Otros médicos de la antigüedad, como Galeno o Celio Aureano, describieron técnicas que, en cierta medida, podrían considerarse antecesores de los tratamientos modernos de fisioterapia.
Y es desde entonces, mucho tiempo atrás, que la fisioterapia no ha dejado de evolucionar, y no lo hará nunca. La belleza de nuestra profesión reside también en la capacidad de evolucionar y cuidar cada día mejor de nuestra salud.